sábado, 4 de febrero de 2012

Pocas veces...

A veces, un "todo" no dice "nada".
A veces, "nada" lo dice "todo".
Y muy pocas veces, lo "justo y necesario" dice lo que realmente necesitamos.

¿Cuántas veces habremos visto a alguien hablar sin parar, y no decir nada?
¿Cuántas veces nos habremos quedado callados, y hemos dado a entender todo lo que no se puede explicar?
Pero, realmente... ¿Cuántas veces hemos otorgado una mirada, una caricia, un gesto que dijera, sin palabras, todo aquello que guardamos dentro y lo hemos explicado a la perfección?

"Conexiones más allá, es lo bello de esta vida,
siempre fuertes, con soltura
darle a un amor una sonrisa.

Entended quizá que no es fácil, pero no es práctica lo que hace falta
sinceridad completa y eterna
y la vergüenza olvidadla.

Y sabed que a pesar de lo que escribo, no otorgo lo que pienso,
pues realmente necesito
más de uno, dos, o tres gestos".

No dudéis en expresar lo que sentís. Pero expresadlo a aquellas personas que realmente deseéis ver felices.

Es vuestro regalo. No lo olvidéis.


jueves, 2 de febrero de 2012

Lucha contra tu destino

Caballero envalentonado, que viste su armadura corroída por el paso del tiempo y del fragor de la batalla, oxidada por los alientos de sangre que exhalaron sus antiguos enemigos, descansando ya sobre el campo de batalla...
Caballero poderoso, rugiendo de ira ardiente, cuyos ojos solo infundan temor a aquellos que se atreven a mirar  en lo más profundo de estos... Cuya boca solo exhibe una rabia contenida, una furia desatada, de cuyos gritos no quedan inmunes ni sus propios compañeros...
Empuñando en su mano más alzada la espada más temida, la que todos temen que descienda desde el cielo para herir lo más profundo del bastión enemigo... Portando en la mano más taimada el arma que le cubre de aquellos que le acechan en la lejanía... Y, sin cesar, corriendo hacia el enemigo.
Inevitable su llegada, todos observan petrificados. Nadie habla. Ni un suspiro apenas puede oírse. Observan temerosos cuán cruel puede ser la vida, al ver que su respiración apenas durará debido a la ira que en breves instantes se desatará al descender el Caballero por las trincheras. Empapando más su espada. Oxidando más su armadura.
Las piernas no responden; los ojos, los gritos, el sonido retumbando de un paso tras otro en el suelo... no permite movimiento alguno. Parece que todo ha entrado en una cúpula atemporal donde nada importa y nada parece tener sentido.
Entonces, a menos de un metro de distancia, el caballero se impulsa con sus botas. Salta hacia delante, para sorpresa de todos. Nadie esperaba un salto así. Se sumerge entre las líneas enemigas, y lo último que se recuerda de ello, la última imagen... Es la del Caballero realizando un movimiento lateral con su espada, sesgando las vidas que entre él se oponían, acompañándolo de una melodía roja que indicaba el comienzo de una sinfonía de destrucción.

El Caballero sois vosotros. Y el enemigo, el Destino. Enfrentaos a él, hacedlo sangrar y... no os dobleguéis.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Heridas y cambios

Miedo. Miedo es un término que siempre está ahí. Y con el término, una sensación, un sentimiento. Siempre nos acompaña. Como nuestra sombra. Y el temor más clamoroso es el miedo al cambio. A enfrentarse a nuevos retos, nuevas espectativas, nuevas vidas. Siempre tendremos miedo a perder aquello que ya tenemos. Pero este existe porque no hemos sido capaces de ver más allá. El cambio implica que algo se transforma. Nos viene dado de una manera distinta. No podemos pensar que porque veamos que nos desaparece el cariño o el amor de una o varias personas, ya no vayamos a tener más amor. Eso es mentira. Pero no nos damos cuenta. Y después de perder ese amor, también nos negamos a darnos cuenta de ello. Nos cerramos como ineptos en nuestra cúpula, lamentándonos de nuestra existencia con un puñal clavado allá dónde más duele. Pero hay que aprender a darse cuenta que ese puñal puede desaparecer. Sólo tenemos que abrirnos, mostrarnos y dejar al mundo que todavía sigue ahí que necesitáis algo. No desaniméis, no desfallezcáis. Pues todo, a la larga, os vendrá resuelto, y siempre habrá alguien que os pueda querer tanto o más de lo que ya experimentasteis una vez. No tengáis miedo a perder. No tengáis miedo a VIVIR las pérdidas. Pues lo bonito de estas es ver cómo luego os recuperáis. Ver cómo la gente reacciona ante ello. Ver cómo aparece en vuestras vidas cosas que nunca habríais vivido si no hubierais perdido. 

No temáis al cambio, pues el cambio es vida.

Corazón latente

Y un corazón latente
de vidrio resquebrajado, 
latido tras latido 
que por entender... no entiende.

Guarda dentro un secreto
de cristal enrojecido
rabia pura enmascarada
que no quiere ver el resto.

Huye de todo cuánto le rodea
surcó y viajó mares y aldeas,
huyendo de amazonas aguerridas
con sus flechas de fuego y brea.

Escaló marismas y se sumergió en montañas
huir del dolor quería...
Pero no entendió que cuánto más escapas...
sólo al interior engañas.

No puedes huir, no puedes correr, 
destino trágico vuela al placer,
correr sin piernas, 
volar sin alas... 
todo para volver a caer. 

Destino trágico...
Corazón latente...
Nunca vio un mundo
mágico,
diferente.

Mundo en el que del placer al dolor hay un paso
y, como siempre ocurre, 
nunca se cura en una jornada de ocaso.

Mundo donde el placer te enferma
y donde el dolor te alivia... al final.

Por temor a ese mundo, dónde el poeta habita
el corazón latente
viajó... 
y no paró hasta encontrar su armadura de hojalata
resquebrajada por el latido más potente...
y ardiente la prisión que la vida le arrebata...